miércoles, 13 de febrero de 2013

Recolonización Colombiana: La Minería


La situación actual en Colombia es el resultado complejo de una mezcla por la lucha de intereses de ciertos poderes. Las multinacionales bajo el manto protector de un gobierno corrupto expanden sus redes sin importar el costo humano y ambiental que esto implique. El conflicto armado se financia con la venta de productos ilícitos como la cocaína y de productos legales como el oro; pero también lo hace con el dinero público, por medio de los ríos de dinero que llegan al Ministerio de Defensa provenientes de los impuestos de la población.

Cuando se oye hablar de Segovia, algunos pensarán en la ciudad española, pero muchos otros recordarán la existencia de un municipio homónimo en el departamento de Antioquia, enclavado en las montañas Colombianas. Algunos relacionarán este nombre con la masacre cometida el 11 de noviembre de 1988 en la cual fueron vilmente asesinadas 43 personas y heridas 45 por los sanguinarios paramilitares al mando de Fidel Castaño. Hoy, 24 años después de esta matanza poco se ha avanzado en su investigación. El ex presidente de la Cámara de Representantes, Cesar Pérez García, fue declarado culpable del exterminio de los miembros segovianos de la Unión Patriótica. Ése sería uno de los tantos ataques qué ha sufrido Segovia. La situación local empeoró a finales de la década de 1990 cuando los asesinatos fueron más selectivos mientras el gobernador de Antioquia era Alvaro Uribe Vélez. El mismo que como presidente de la República en 2010 entregó las ricas tierras segovianas a la multinacional Gran Colombia Gold al mando de su ex canciller María Consuelo Araujo, al mismo tiempo qué aumentó el pie de fuerza militar en esta región. Y casualmente el exterminio político en esta región no ha cesado.1,2

El pecado cometido por esta región, poblada originalmente por la pacífica etnia indígena de agricultores y mineros Tamahí y por los belicosos pero nunca asesinos Yamecíes, es el de encontrarse situada sobre una zona rica en uno de los metales más preciados por el hombre, el oro. Cualquiera pensaría que la extracción aurífera elevaría la condición de vida de sus habitantes y los trabajadores de sus minas. Pero así no lo es. Ni cómo lo fue durante la bonanza petrolera en el piedemonte casanareño en los años 90 en las ciudades de Aguazul, Tauramena y Yopal, donde las condiciones habitacionales fueron deterioradas también.3

Hace poco más de 30 años en Estocolmo, el maestro Gabriel García Márquez le recordaba al mundo sobre el delirio áureo de nuestro fundadores, el cual nos persiguió hasta hace poco tiempo y nunca se abandonó.4 Menos ahora cuando este elemento no sólo es usado en la joyería, para enaltecer a la realeza o adornar y enchapar iglesias alrededor del mundo, sino que gracias a su alta resistencia a la corrosión y su alta conductividad eléctrica es ampliamente utilizado en la industria electrónica y sus compuestos químicos en la medicina.

El oro se extrae por lixiviación con cianuro, un anión tóxico y letal para el ser humano y los animales. Se extrae también por amalgamación con mercurio, elemento que genera diversos daños a los órganos de los seres vivos. Desafortunadamente las autoridades colombianas son incapaces de establecer reglas para proteger el medio ambiente en contra de la minería porque no tienen las informaciones adecuadas y las fuerzas corruptas que escrituran las tierras amenazan.

La cadena de televisión francesa Canal + publicó un interesante documental realizado por el francés Roméo Langlois, secuestrado por las FARC y criticado por el señor Uribe, y Pascale Mariani llamado ‘Por todo el oro de Colombia’ en febrero de 2012. Este documental trata sobre la minería en Colombia; sobre cómo las multinacionales se instalan por medio del apoyo político y cómo el gobierno las protege aun violentando contra su propia población civil, desencadenando así una guerra armamentística entre diversos grupos qué son financiados directa o indirectamente por la explotación de la tierra y de la población.


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La ‘locomotora minera’ arrasa a su paso fauna y flora que el dinero no recuperará jamás; los permisos que el gobierno otorga desplazan miles de familias empeorando el problema social, extendiendo el conflicto armado y el sufrimiento de la población civil. La minería no es una inversión.5





El problema minero en Colombia no sólo concierne a la extracción del oro, sino que también a la de otros metales cómo el níquel, la cual es realizada principalmente por la multinacional angloaustraliana BHP Billinton.6 A los pies de Cerro Matoso está la Unión Matoso, considerado el pueblo más miserable de Colombia, y Montelibano otro pueblo en el que la vida de sus campesinos sólo ha empeorado debido a la contaminación padeciendo fuertes enfermedades.7 En este momento los mineros de Cerro Matoso se encuentran en huelga debido a la persecución sindical. Extrañamente estas situaciones no son publicadas por los medios de comunicación nacionales pero sí por aquellos qué estudian el mercado y las finanzas que mueve este preciado metal en el mundo, porque irónicamente ellos también son ‘afectados’.8

La situación actual pide a gritos una reestructuración institucional en el país. Las multinacionales mineras están preocupadas por los nuevos tributos y el país está abriendo los ojos ante el atropello cometido por dichas empresas y el daño ambiental y civil que dejan a su paso. El semanario inglés, The Economist, resaltó que durante el gobierno de Alvaro Uribe se incentivó la inversión extranjera por medio de las exenciones fiscales e incentivos a la inversión; mientras que Juan Manuel Santos le pusó los frenos, disminuyendo los beneficios más lucrativos del señor Uribe. Un análisis económico más detallado sobre la problemática de la minería en Colombia es realizado en este reciente y conservador artículo de la revista Dinero.

¿Cuándo apreciaremos más la naturaleza; los animales, las plantas y la tierra? Debemos ser conscientes que los recursos se acaban y qué nosotros y nuestras industrias estamos cambiando el equilibrio del mundo. Cómo dice el poeta William Ospina: “la humanidad tarda en aprender a ser parte responsable y agradecida del mundo, y nadie sabe qué es lo que hay que trasmitir a las siguientes generaciones. Porque nuestros empresarios sólo creen en el presente, nuestros políticos sólo creen en la siguiente elección, nuestros científicos sólo creen en su particular disciplina, y nadie parece creer de verdad en las generaciones que vienen y en el mundo que vamos a dejarles.”

Los indígenas Nasa han dado un buen ejemplo; la tierra y las vidas de sus habitantes valen más que el interés de las multinacionales9 y que las de unos pocos pícaros de cuello blanco rodeados por desagradables guardaespaldas.

lunes, 4 de febrero de 2013

Cinzas

"Você tem que estar preparado para se queimar em sua própria chama: como se renovar sem primeiro se tornar cinzas?" - F. Nietzsche

Tus ojos

Tus ojos son la fuente de miel,
que endulza la vida de este ser.
Una mirada tuya es tan fiel,
que no puedo pararla de ver.