"Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo." - Jorge Santayana
Hoy hace 64 años la oligarquía colombiana asesinó al más grande dirigente colombiano del siglo XX, al ‘Caudillo’, Jorge Eliecer Gaitán. En las primeras décadas del siglo pasado, el Estado y la Iglesia habían convertido a Colombia en uno de los países socialmente más retrógrados del hemisferio occidental. La intolerancia social, la polarización partidista y el fanatismo religioso dieron origen a la violencia antiliberal que comenzó a brotar en los campos colombianos. En un país fundamentalmente rural, Gaitán defendió a los campesinos para frenar el abuso que perpetraba la hegemonía conservadora y el clero católico. Esto dio inicio a una rebelión popular que convirtió a Gaitán en el seguro próximo presidente de Colombia. Con la clara idea de las reformas sociales que necesitaba el país, tal como la reforma agraria, Gaitán cambiaría el rumbo del país. Pero la oligarquía, aquella progenitora de la contemporánea, acabó con la vida de este elocuente líder. Su muerte intensificó la violencia y desató la aún actual y tergiversada guerra civil y la injusticia social con la que los gobernantes oprimen sus gobernados, con el objetivo de mantener los intereses de unos pocos.
