sábado, 13 de octubre de 2012

La política

¿En que momento de la historia, la política, aquello definido por Maquiavelo cómo "el arte de conquistar, conservar y ejercer el poder", asumió tanto protagonismo en la sociedad? Cómo es posible que la vida de la población se centre en quien asume el poder y de que manera. Para que luego el 'honorable elegido' pase el resto de su mandato defendiendo la forma en que obtuvo el cargo. Es un ciclo sin fin. Es una lucha continua por el poder y no por una mejor sociedad. La carrera política se convirtió en el mejor camino para enriquecerse y tener poder. A medio camino estos susodichos gobernantes se les olvida para que fueron elegidos y porque razón ganan exorbitantes salarios. Mientras contaminan la ciudad con su falsa sonrisa impresa en papel y comerciales de televisión, las energías que se invierten en promesas nunca es la misma que se usan para cumplirlas. La sociedad ha olvidado cual es la verdadera función de estos lideres. Y mientras los votantes andan distraídos sus gobernantes han cambiado las reglas de juego. De repente nos encontramos, cómo decía Jaime Garzón, rindiéndole pleitesía a quien debería prestarnos un servicio. 

Cuando el político es criado como politiquero y no para ser una persona capaz, con los méritos para asumir determinado cargo público. Cuando la intelectualidad y la técnica se dejan de lado y la oratoria sobresale. Cuando la maquinaria propagandista es más fuerte que las ideas y actos de buena fe. Cuando el 'contentillo' momentáneo cuenta más que una situación estable para el pueblo. Cuando un discurso vale más que un trabajo digno. Cuando la política se muestra como un camino para dominar y no para ayudar. Los políticos saben que la mayoría los elige, entonces a la mayoría seducen. Esa mayoría a la que deberían brindarle educación, seguridad, salud y cultura la conquistan con un pan y la oprimen. Y al final, su trabajo se centra en devolver favores a los oligarcas que los patrocinan. 

Es a través del voto que la población expresa su derecho a ser dignamente gobernada, pero es por medio de su integridad que el político debe servirle a la sociedad. Ojala que los gobernantes se preocupen más por quienes los eligieron y para quienes trabajan. Y que no se les olvide que la educación es lo mejor que le pueden dar a su gobernados, no sólo para que voten a conciencia, sino para tener una mejor sociedad.