Hoy, 202 años
después del despelote en el centro de Santa Fe, la hinchada de un equipo de
fútbol homónimo celebra aún su tan anhelada, hoy semestral, victoria, los
colombianos viven a diario el caso tipo “Sherlock Holmes” al corrompido ya
episodio de la muerte de Luis Colmenares, los medios de comunicación gastan
litros de tinta y kilogramos de papel por cada ‘twittazo’ de Uribe, el gobierno
insiste en frenar la innovación, tecnología y el desarrollo económico interno
al firmar y prometer TLC con países tan alejados como la gran mayoría de
colombianos no ha viajado y hasta desconoce su existencia y a su vez la
situación en el departamento del Cauca se pone cada vez más tensa.
El país enfrenta
un momento complicado, para variar, en su historia. La situación en el Cauca
merece un serio análisis para evaluar las soluciones que deben llevarse a cabo.
Los orígenes de ése problema tienen diversas hipótesis. Hoy en día existe una
gran cantidad de información y por supuesto una inmensa manipulación de la
misma. Las informaciones resultan contradictorias y confunden al pueblo mientras
benefician, como siempre, a los dueños del poder. Pero independiente de los orígenes
actuales del problema, es el momento en que los llamados colombianos deberíamos
situarnos, por ejemplo, en la realidad de las personas que viven, físicamente,
cerca al conflicto armado. La ignorancia de algunos colombianos salió a relucir
ésta semana por medio de despectivos insultos a los grupos indígenas.
Y aquí vale la pena aclarar que ‘indio’ es el gentilicio para los nacidos en
India, lugar al que teóricamente se dirigía Colón y sus compinches en 1492.
Hoy 20 de Julio
los colombianos inflan el pecho y ondean la bandera mientras desfilan los
soldados y las poderosas armas mortíferas del Estado (o la maquinaria asesina
de compatriotas) en la isla de San Andrés, cerca a Nicaragua. Los colombianos sacan
la tricolor y se la muestran al vecino sin preguntarse ¿Qué es realmente ser
colombiano? ¿Somos independientes de quien? Se nos olvidó que los aborígenes indígenas que han habitado éste
territorio por miles de años (más que cualquier mestizo, blanco o afrodescendiente), ésa
población que conforma menos del 2% de habitantes nacidos en el territorio
colombiano, conserva algunas tradiciones de los que alguna vez y originalmente habitaron,
cultivaron y cuidaron ésta tierra antes de la llegada de los chapetones. Los
cuales con superioridad armamentística obedecían a un rey que no conocían y a
un dios permisivo que no contemplaba el asesinato de indígenas como un pecado
pero sí como una exaltación a la corona y el papa. La espada mortífera de los
conquistadores instauró en América la cultura española, el cristianismo, las
semillas agrícolas de la península y los animales domésticos para su propio
consumo. Con el pasar de los siglos olvidamos nuestros orígenes pero nos cansamos de los maltratos y, teóricamente, nos independizamos de los españoles y adoptamos una constitución y un gobierno propio.
Pero tristemente pensamos
que hoy somos independientes y no nos damos cuenta de la lenta recolonización
que ha sufrido el país en el último siglo. Con esa mala costumbre del gobierno colombiano
de 'mantener las piernas abiertas' a todo lo que viene de afuera, la
privatización de las empresas públicas y la falta de políticas proteccionistas
para mercados internos, hicieron que hoy más del 22% del PIB lo concentren las
multinacionales*. Entre Estados Unidos, España y Reino Unido monopolizan parte
de las actividades de extracción de hidrocarburos, del sector de servicios como
energía eléctrica, telefonía, salud, medios de comunicación y las finanzas en
Colombia. El impacto socio-económico de ésta recolonización es tremendamente
negativo. Las remesas utilidades van a parar a los países de origen de las
empresas o a los paraísos fiscales y los empleados colombianos reciben migajas mientras
unos pocos políticos ensanchan su bolsillo. Es mundialmente conocido que las
multinacionales agroindustriales (como Chiquita Brands antigua United Fruit
Company) y las petroleras (como Oxy, BP, y Repsol) han financiado
grupos paramilitares**. Líderes indígenas, grupos afrocolombianos y sindicalistas
han sido asesinados o desplazados cuando fueron obstáculos de la expansión de los 'tentáculos' de éstas multinacionales, incluyendo empresas como Nestle y Coca-Cola. Todo
esto sin contar con el daño ambiental que dejan a su paso.
Me parece que la
Patria Boba aún está vigente; el caos por la polarización política, la
extracción ilegal e indebida de recursos naturales, la acumulación de riquezas
en pocas manos, los abusos al pueblo, la corrupción, la discriminación, el
racismo, la violencia, la desigualdad social y la invasión, dominio y abuso de
las multinacionales son una muestra clara de la recolonización a la que ha sido sometida Colombia.
Ahora me
pregunto, ¿la famosa independencia de Colombia les brindó a los nativos
Americanos el respeto por sus derechos? ¿Hoy en día la constitución les brinda protección
a los ciudadanos colombianos? ¿Qué es Colombia? ¿Hoy 20 de Julio celebramos con
una sonrisa en la cara la independencia de qué?
Fuentes:
* Pedro Ramiro, Erika González y Alejandro Pulido, "Las multinacionales españolas en Colombia", Asociación Paz con Dignidad, 2007.
** Luis Alfredo Burbano, "Las multinacionales españolas en Colombia", Asociación Paz con Dignidad, 2005.